HOHLKLINGEL

            También se le denomina campanilla hueca. Su texto es muy simple, pues emplea la consonante L  con alguna de las siguientes vocales ü, o, u, uu. Cuando emplea la a o la e normalmente se vuelve nasal y defectuoso. La L debe sonar dulce y suave, cuanto más mejor; si la consonante está muy marcada se ahoga el sonido de las vocales y el giro es duro. El texto silábico es lulululu  lolololo  luuluuluuluu.

 En algunas ocasiones en lugar de la L el canario emplea la H, pero sin que sea aspirada y entonces se oye un sonido prácticamente vocálico huhuhuhuhu  hohohoho.  Este tipo de emisión se puede confundir con el schockel, pero si se presta atención se observará que no es una emisión vibrante que se emite con el pecho, sino que se emite con la garganta y sin que el canario haga ningún esfuerzo aparente.

            Ludwig Tretter decía en su libro, a principios del siglo XX, que el Hohlklingel sólo podía utilizar como vocal la ü (sonido intermedio entre la i y la u). Mucho han cambiado las cosas desde entonces, los hohlklingel han progresado de tal modo que su profundidad puede rivalizar con la del hohlrol.

            Su movimiento puede ser recto, ascendente, descendente y ondulado. En igualdad de oquedad, claridad de dicción y dulzura son preferibles las formas onduladas a las otras.

            Algunas veces el pájaro añade una R, de forma que el texto se transforma en luurluurluurluurl... y a esta forma se le denomina holklingelrol, la cual tiene algunos parecidos con el hohlrol, pero si se observan ambas se percibe que la característica cerrada del hohlrol se abre y aparece esta forma. La mayor confusión se presenta cuando el canario también da un hohlrol vocal y el hohlklingel tiene la vocal muy poco marcada. En estos casos hay que recurrir a ver al animal cuando canta, en el hohlrol el buche está hinchado de forma permanente, en el hohlklingel se mueve haciendo el golpeteo.

            El hohlrol y el hohlklingel tienen una gran similitud, se puede decir que cuando hay una r estamos en presencia del hohlrol y cuando se sustituye por la l es el hohlklingel. Casi se llega a romper la continuidad del hohlrol, pero no del  todo ya que no se observan pausas intersilábicas en el hohlklingel, aunque sí una mayor apertura de las sílabas.

            Hay autores que han afirmado que existe una correlación entre ambos giros, en el sentido que si uno es de mucha calidad el otro también lo es, pues ambos giros exigen una misma estructura del órgano cantor. Esta afirmación es cierta en parte sí y en parte no. En los planteles de línea hueca sin gluck si que se da esta  correlación pues la selección se ha realizado en el sentido de conseguir cuatro notas de muy alta calidad; pero en los planteles huecos con gluck hay ejemplares con un hohlrol excepcional (24, 25 puntos) y unos hohlklingel que no están a esa altura (11, 12, 13 puntos).

           

 Valoración.

            Los 12 puntos o menos se reservan a las formas agudas y muy breves y a aquellas ligeramente ascendentes que parten de una vocal ya de por sí aguda para llegar a otra aún más aguda.

            Los 13 puntos se reservan para las emisiones que utilizan las vocales “a” o “e”

            Los 14 puntos se conceden a las emisiones muy breves y a aquellas que emplean vocales dobles “ea”, “oe”

            Para obtener los 15 puntos el canario debe emitir esta estrofa con una consonante blanda y siempre con la vocal o,  dada de una forma profunda, o si da una forma descendente que esta termine en o.

            Para llegar a los 16 puntos cuando se da de forma recta tiene que ser de una forma notablemente profunda y si se da en forma curvada debe partir de la o para moverse entre esta y la u.

            Los 17 puntos  son para las formas rectas espectacularmente profundas  y para las curvadas que tienen una buena profundidad.

            Los 18 puntos se dan en aquellas emisiones que destacan por su profundidad, por la blandura de la consonante y la suavidad de la vocal y por la ondulación de sus variaciones.

                                                                                                         Ángel Rodríguez Cardeña