domingo, 2 de junio de 2019


CONSIDERACIONES SOBRE LA HERENCIA EN LOS CANARIOS DE CANTO (2)


Miguel Angel Martín Espada 

(continuación) 

IMPORTANCIA DEL METODO EN LA CRIA

         De nada sirven todos los conocimientos que tengamos, o dejemos de tener, si no somos capaces de aplicarlos en la cría de una forma coherente. Ahí radica la importancia del método, que brilla por su ausencia en la mayoría de los criaderos de canarios de canto. En efecto, al criador le interesa obtener buenos canarios inmediatamente, poco le importa la calidad de los ejemplares que posee si el primer año no le dan campeones. El eterno problema de la canaricultura es que el criador no se centra en el trabajo de sus ejemplares, todos los años cambiamos los reproductores. Es más fácil echar la culpa a los canarios que hemos utilizado como progenitores y al criador que nos los ha vendido, que entrar en un análisis objetivo y detallado de las posibles causas de nuestro fracaso, y es que tenemos miedo de descubrir que, en realidad, el único problema que existe es el propio criador, que cegado por la prepotencia del que todo lo sabe o por su inexperiencia, no ha estado a la altura necesaria para sacar provecho a los ejemplares que poseía. Ni que decir tiene que este tipo de canaricultor no consigue ejemplares de calidad salvo que la diosa Fortuna se le aparezca, lo que no ocurre muy a menudo, de todas formas, en estos casos, la calidad desaparece de la misma forma en que apareció. En canaricultura de  canto, los criadores descritos en las líneas anteriores son los que dudan de la heredabilidad del canto del canario y los que recurren, en consecuencia, al uso de maestros para educar a los canarios noveles.

         La importancia del método radica en que va a ser el cuaderno de instrucciones que vamos a seguir en nuestro trabajo. La canaricultura no debe ser entendida como un trabajo a corto plazo, difícilmente podemos realizar un trabajo serio si nos apartamos del camino previamente trazado por unos malos resultados iniciales. Deberemos marcarnos un objetivo, dado que de gustos no hay nada escrito, cada criador deberá plantearse esta cuestión y una vez que lo tengamos trazaremos los caminos necesarios para su consecución.
 

SELECCION Y CRUCES

         En la naturaleza, la mejora de las distintas especies animales y vegetales se produce por medio de la selección natural. La Madre Naturaleza, en su infinita sabiduría, se encarga de que sólo los mejor dotados sobrevivan y se reproduzcan. Por cruel que esto parezca, las especies tienen garantizado así que sólo pase de generación en generación el material genético más apropiado para conseguir su perpetuación en un mundo, como el nuestro, en el que las condiciones de vida son cada vez más difíciles para las especies salvajes.

         En cautividad, muchos ejemplares que en plena libertad no tendrían posibilidad alguna de sobrevivir, lo consiguen. Esto nos ha permitido obtener especímenes mutantes de gran belleza, cuyos días hubieran estado contados en libertad, al suponer la mutación, por lo general, una merma de las posibilidades de camuflaje de sus portadores; tal es el caso de las mutaciones que afectan al color del plumaje de nuestros canarios, ¿cuánto podría aguantar una canario amarillo o blanco en libertad sin ser pasto de los predadores?. Si las mutaciones o variaciones producidas no perjudican a la calidad de vida de los animales, podemos decir, en principio, que son beneficiosas. Por contra, toda mutación o variación que provoque una merma considerable de la calidad de vida del animal es negativa y debe evitarse que sus portadores se reproduzcan, so pena de perpetuar estirpes animales enfermas condenadas a un sufrimiento vitalicio. Este es el fundamento de la selección artificial o zootécnica, eliminar de la cría todo aquel ejemplar que no reúna los requisitos mínimos necesarios para asegurar una descendencia sana y sin taras.

         Ahora bien, hay que distinguir la selección en base a motivos sanitarios, de la selección de ejemplares de raza, en la que, además de tener en cuenta la primera, hay que observar un estándar de belleza previamente determinado por los criadores. A esto último habría que añadir las preferencias personales de cada criador, su particular forma de entender la raza que cultiva dentro de los parámetros establecidos por el estándar de la misma. En resumen, la selección zootécnica debe realizarse en atención a:

1º) La calidad de vida de los ejemplares (eliminación de la cría de los ejemplares enfermos o con taras).

2º) El estándar de la raza.

3º) Las preferencias del criador, dentro de los límites del estándar.

         Aplicando lo anterior al objeto del presente trabajo, deberemos, simplemente, observar lo recogido en los diferentes Códigos de canto o estándares, a la hora de confeccionar los cruces.

         Los cruces a realizar con los ejemplares que poseamos, se encaminarán a potenciar las características queridas y a la eliminación progresiva de las no deseadas, mediante la discriminación de los ejemplares que se aparten de nuestro tipo ideal (los que muestren alguna tara física o defecto en el canto). Nunca deberemos emplear en la reproducción ejemplares que posean un defecto, a no ser que sean imprescindibles para nuestros planes de trabajo. En este último caso, tan solo los criadores más experimentados están capacitados para llevar a cabo con éxito su reproducción.

         En los enjuiciamientos de los concursos no es infrecuente ver cómo ejemplares que tienen una serie de faltas o defectos en su canto llegan a tener puntuaciones altas y que incluso obtienen algún premio. Hay que distinguir lo que es la valoración del canto de un canario en un concurso de lo que es la valoración del mismo de cara a la cría. En los concursos, el juez debe limitarse a aplicar un reglamento o estándar y a valorar el canto de los canarios en atención al mismo, consideraciones importantísimas a la hora de la reproducción quedan la mayoría de las veces fuera de la estricta labor de enjuiciar un canario en los concursos y es por ello por lo que muchas veces no coinciden las puntuaciones con la verdadera valía de un canario como reproductor [18].

         Imaginemos dos canarios, uno de extenso repertorio que muestra un gran dominio de parte de su partitura pero que en otra no puede desarrollar los giros de forma satisfactoria (con defectos) y resta musicalidad al conjunto y otro de repertorio menos variado pero realizado de forma sobresaliente y sin falta alguna, con todo, supongamos que este segundo ejemplar tiene menos puntuación que el primero. ¿Qué ejemplar es el más adecuado como reproductor?. Sin duda alguna, y en la mayoría de las ocasiones, debemos utilizar en la cría el segundo, aquél que si bien no tiene un canto demasiado variado posee un repertorio sin defectos que nos permitirá realizar un trabajo con mayores garantías de éxito, ya que es más fácil obtener ejemplares de alta selección partiendo de la calidad que no de la cantidad. Si nuestros canarios tienen un canto de calidad y sin defectos no tardaremos mucho en conseguir un mayor repertorio. Por contra, si partimos de un ejemplar que posee defectos en su canto, lo más normal es que éstos se multipliquen en la descendencia si el criador no es lo suficientemente hábil a la hora de plantear sus objetivos en la cría.

         La conclusión de lo anteriormente expuesto es que no debemos engañarnos por las puntuaciones obtenidas por nuestros ejemplares, no utilicemos éstas como principal elemento de juicio a la hora de seleccionar nuestros reproductores, antepongamos un análisis frío y objetivo de las características canoras y morfológicas de cada canario. En ocasiones, el canario con mayor puntuación no es potencialmente el mejor reproductor. El secreto del éxito en la cría de canarios de canto se basa en ser enormemente selectivo con lo que se echa a criar.

         Una vez realizada la selección de los reproductores, en atención a los criterios arriba expuestos, hay que ver las distintas posibilidades que tenemos a la hora de hacer los cruces. No vamos a señalar esquemas generales de cruces ya que consideramos que cada criadero tiene una problemática distinta y los esquemas válidos en unos pueden no serlo en otros, atendiendo siempre a los ejemplares que se posean y sus características concretas. Nos limitaremos a hacer una pequeña y simplificada clasificación de algunos de los distintos tipos de cruces que podemos realizar con nuestros canarios. Si el lector coteja la siguiente clasificación con las que figuran en los manuales de Reproducción Animal, se dará cuenta de que hay algunas divergencias, fruto de nuestra intención simplificadora:

Cruces Consanguineos
Cruces NO Consanguineos
Directos
De refresco
Indirectos
Por semejanza
 
De corrección

         Cruces Consanguíneos: Son aquellos realizados entre ejemplares a los que unen lazos familiares, o, dicho de otra forma, ejemplares provenientes de un tronco común de ascendientes. Llamaremos cruces consanguíneos directos a los realizados para fijar las características de ejemplares determinados, mediante cruces lineales ascendentes (con padres, abuelos…), descendentes (con hijos, nietos…), o colaterales (entre hermanastros). Cruces consanguíneos indirectos serán aquellos por los que se busca no la fijación de los caracteres de un pájaro concreto sino las características propias de una línea de canto, entendiendo como tal una familia de canarios con unas características genéticas propias y determinadas, que se manifiestan en la práctica totalidad de los ejemplares a ella pertenecientes. Los cruces consanguíneos indirectos suelen realizarse cuando el ejemplar que va a ser objeto de un cruce consanguíneo directo muere y es sustituido, como mal menor, por otro ejemplar de la misma familia (es el caso de los cruces entre primos y entre tíos y sobrinos, en sus diferentes grados). Estos cruces a los que hemos denominado indirectos no son recomendables, salvo en caso de necesidad, al suponer, en cierta forma, una desviación del trabajo que se está realizando, generalmente basado en los ejemplares concretos y no en las familias o líneas de canto.

         Cruces no consanguíneos o abiertos: En canaricultura de canto se utilizan para iniciar una nueva línea de canto o para refrescar una línea ya existente en la que la consanguinidad empieza a ser excesiva. Distinguimos entre los cruces de refresco, propiamente dichos, cuyo objetivo es disminuir el índice de consanguinidad; cruces por semejanza, que pretenden potenciar la característica o características comunes de ambos ejemplares, por lo menos en el aspecto que nos interese; y los cruces de corrección, basados en la ley de la compensación y que consisten en el apareamiento de dos ejemplares de características diferentes con el fin de que éstas se compensen y eliminar así las características no queridas.

 

LA CONSANGUINIDAD

         La consanguinidad es admitida por prácticamente la mayoría de los canaricultores como uno de los mejores medios para trabajar los canarios de canto. Nos ayuda a fijar las características deseadas y nos permite crear diferentes líneas de canto, pero también tiene sus inconvenientes. Mediante la consanguinidad fijamos y propiciamos la presencia de las virtudes, pero, si el criador no sabe dosificarla, también propiciamos la aparición de aquellas taras ocultas y su perpetuación. Es un hecho probado que el abuso de la consanguinidad trae nefastas consecuencias, por eso es necesario saber en qué momento introducir el cruce de refresco, que no será cuando empiecen a aparecer los problemas, ya que entonces será tarde, sino en el momento anterior en el que creamos necesario: ahí es donde se demuestra la experiencia y la habilidad del criador.

         El uso adecuado de la consanguinidad produce unos beneficios, más o menos inmediatos, que con el tiempo van siendo menores hasta que se produce un estancamiento en la mejora, seguido de la temida depresión consanguínea. El refresco debe realizarse antes de que se produzca esa fase de retroceso, pues de no hacerse así las esperanzas de salvar la línea se reducen al mínimo.

         Creo que no pueden darse reglas generales sobre en qué momento concreto hay que introducir el refresco, cada línea de canarios tiene una fortaleza distinta. Hay ejemplares que tras un primer cruce consanguíneo ya salen tarados y otros que a pesar de años de consanguinidad no muestran todavía sus efectos negativos; todo depende de la fortaleza de los ejemplares con que iniciemos el trabajo y de las características negativas, en todos los aspectos, que porten en su genotipo.

Tengamos presentes algunos de los efectos del abuso de la consanguinidad:

–  Taras físicas: principalmente problemas óseos y malformaciones en las patas.

– Debilidad general: considerable reducción de las defensas del organismo y su     consiguiente predisposición a padecer todo tipo de enfermedades.

–  Problemas de fertilidad y elevada mortalidad de embriones y pichones.

–  Considerable merma de la aptitud para el canto.

–  Ataques epilépticos.

Males evitables todos ellos, que hacen más necesaria todavía, para prevenirlos, la ayuda de los criadores experimentados a los noveles.

 

IMPORTANCIA DE LOS PEDIGRIES

         El uso de los pedigríes o árboles genealógicos está cada vez más extendido entre los canaricultores, sea cual sea la raza o variedad que cultiven. Los criadores de canarios de canto no son una excepción y el pedigrí  se ha convertido por méritos propios en un elemento indispensable en el intercambio de ejemplares entre los canaricultores de élite.

         Es cierto que esta práctica todavía no es realizada por la totalidad de los aficionados, pero el número de sus defensores va en aumento y llegará un día, por lo menos eso sería lo deseable, en el que nuestros pedigríes tendrán la misma importancia y validez que tienen, por poner un ejemplo, en el mundo de la cría de perros de raza. Sin duda es un campo en el que las asociaciones y federaciones ornitológicas  tendrán mucho que decir, ya que son esas instituciones las que deberán determinar el marco estatutario en el que ha de basarse el registro de los ejemplares de cada criador que esté interesado en dar validez oficial al pedigrí de sus canarios. Los pedigríes en el momento actual, al no tener el respaldo oficial de asociaciones y federaciones, se basan en la buena fe de los canaricultores, motivo por el cual debemos confiar en la misma.

         Los pedigríes son, además, un arma sumamente eficaz contra el  halo de secretismo que invade muchos criaderos y contra la inseguridad en la que muchos aficionados noveles se mueven al adquirir sus primeros canarios de raza, al carecer de garantías suficientes respecto a la pureza racial de los mismos. Pero sobre todo, del pedigrí se puede extraer información sumamente valiosa sobre su propietario. Podemos conocer su ascendencia, cómo trabaja el criador (qué tipo de cruces ha realizado), el grado de consanguinidad del animal y otro tipo de información útil a la hora de confeccionar nuestros propios cruces. Si además conocemos bien los ejemplares que figuran en el pedigrí y sus características más relevantes, podremos extraer las características que priman o deberían primar y, sobre todo, en atención al objeto de este trabajo, las líneas de canto que predominan en el canario objeto de análisis.

Naturalmente, si no tenemos un gran conocimiento de los ejemplares que constan en el pedigrí o éste no está acompañado de notas informativas o aclaratorias del criador, para facilitar la labor interpretativa, lo que tendremos en nuestras manos no será más que una ficha en la que hay escrita una sucesión de números de anillas, que fuera de informarnos sobre el tipo de cruces realizados, no nos servirá absolutamente para nada, sólo para tener una garantía sobre la pureza racial del ejemplar en cuestión, que en algunos casos no será poco.

 

CONCLUSION

         A lo largo de las líneas precedentes hemos tratado temas relacionados con los canarios de canto en general, y, sobre todo, nos hemos olvidado de las interminables y habituales discusiones que rodean a esta bonita rama de la Ornitología Deportiva y frenan su desarrollo. Espero que este modesto trabajo sirva de precedente para encaminar en otra dirección la tónica seguida en los últimos tiempos y conseguir afianzar la canaricultura de canto cualitativa y cuantitativamente.

         Personalmente, considero que los aficionados de buena fe deben ocuparse en enriquecer y fortalecer los lazos comunes que unen a todos aquellos que amamos el canto del canario en cualesquiera de sus razas y variedades canoras. Hay muchas cosas que nos unen, más de las que muchos piensan, y nuestro futuro está, en cierta forma, entrelazado, por ello estamos en la obligación de entendernos y ayudarnos en todo aquello que nos sea posible para devolver a la canaricultura de canto al lugar que ocupaba no hace muchas décadas.