WILHELM TRUTE: El mejor
harzista del siglo XIX
REVISTA: GIORNALE DEGLI UCCELLI (ITALIA).
FECHA: DICIEMBRE 1969.
AUTOR: G.P. MIGNONE. (ITALIANO).
TRADUCCIÓN: ALICE TONO.
ADAPTACIÓN Y CORRECCIÓN: HELENA MATOSES
“Wilhelm Trute glänzte jahrzehntelang
in der Züchterwelt und Feirte die grössten Triumph”: El astro de Trute
brilló durante un decenio en el mundo de los canarios, obtuvo y produjo grandes
cambios (según escribió Paul Holzkyn en “Kanaria” de Lipsia).
Hace ahora ochenta años, precisamente
el 20 de octubre de 1889, el año de la tragedia de Mayerling, murió en Santk
Andreasberg, en el Harz alemán, Wilhelm Trute, que en la década de 1870 a 1880
había cambiado el curso de la selección en el campo de los canarios Roller.
En 1939, durante el cincuentenario de
su muerte, entre las numerosas celebraciones, el programa festivo de entonces,
no se ocupó de la figura alemana. El “Schlesische Volksstime”, celebración
típica de Sant Andreasberg (en “Der Harz”), no conmemoró los logros
ornitológicos con el carácter y solemnidad de una admirable persona, no solo en
lo técnico y privado, sino como uno de los más notorios y fascinantes protagonistas
de la ornitología de todos los tiempos.
Esta simple y sincera persona de los
montes del Harz, tenía una intuición muy singular, sin igual en los
tiempos, en el perfeccionamiento selectivo de los canarios de canto.
A las viejas montañas de Santk Andreasberg
llegaron los antepasados de Trute inmigrando a las montañas metalíferas, desde
el siglo XIV. Transmitiendo de generación en generación el arte de la cría de
los canarios, de ahí nació el 5 de marzo de 1836 Wilhelm Trute, hijo único de
Georg Konrad y Joanna Henriette Keidel.
Es en Santk Andreasberg donde comenzó
aquella elaborada creación de la leyenda de los Harzer Roller, que se tendría
que confirmar después en todo el mundo con los famosos equipos de
Trute o Trute-stam.
En 1880 un pequeño pueblo de mineros
instalados en las montañas del Harz, en la Alemania centro-septentrional,
con aproximadamente 3.800 habitantes y 800 familias, había 600 de
las cuales que se dedicaban a la cría de canarios y
especialmente las mujeres eran las que se ocupaban de ello. Se
calcula que en 1881 en Santk Andreasberg se criaban al menos 24.000
Harzer-Edelroller.
De la validez de los resultados
obtenidos por Trute y de otros criadores de canarios de Santk
Andreasberg, son indiscutibles las pruebas que demuestran el interés
hacia los pájaros de canto puro, que se produjo gracias a la fuerte influencia
de la escuela dirigida por Trute, y la creación de una nueva y robusta estirpe
de cantores Roller o Harzer alemanes.
La interesante transformación selectiva
de los canarios cantores tomo como referencia la profunda calma exterior que
reinaba, (como sucedía ya en Mechelen-Malinas, en Bélgica con el Malinois
Waterslags, rota solamente por el tranquilo pasar y el murmurar de los calmos
cursos de agua). Esto fue apreciado por los Harzer-Endelroller, en las viejas
casas de Santk Andreasberg por donde entraba el sonido de los altos arboles
cuposos (he ahí la atracción del Hohlrollen, la melodía principal del canario
Harzer, que simulan la agitación del viento a través de las ramas de los
arboles).
En los años 1880 a1890, Santk
Andreasberg era el verdadero punto de encuentro de los canaricultores alemanes
y sus canarios. Aquí llegaban todos los famosos canaricultores, entre ellos
Peter Erntger (1812-1896), que seleccionó la rama “Koller”, un giro casi
desaparecido en los criaderos modernos y, del cual sabemos muy poco.
Cuando tuve ocasión de visitar Santk
Andreasberg, era todavía una ciudad minera, aunque no era aquella de hace un
siglo antes. Las casas a recuadros blancos y negros, con figuras artísticamente
talladas, deterioradas por el humo durante muchos años, la campana en lo alto
de la Iglesia Gótica, las casas más señoriales que emanaban un sentido de calma
particular que se había salvado también a través de las dos grandes guerras.
Hasta el paso de la guardia nocturna -me dijeron- que durante muchos
años, continuó anunciando el fin del día.
En Santk Andreasberg, también durante
el tiempo de mi visita, se prefería caminar a pie, ya que las distancias al
interior de la ciudad eran pequeñas; en realidad no valía la pena ir en carro o
montar en motocicleta. Además la ciudad ofrecía tranquilos paseos a través del
verde campo.
Jamás antes y de repente nunca después,
los habitantes de Santk Andreasberg pudieron ser tan conocidos así como en el
Santk Andreasberg de los “Hermosos años de fin de siglo XIX”.
Fue precisamente Wilhelm Trute el
primer canaricultor de Santk Andreasberg en tener una clara visión del
estado de la especialización, en la que se encontraban alrededor de 1870, las
estirpes de canarios alemanes o por decir mejor, que tuvo percepción de la
necesidad selectiva de fundir en un único canario, todas, o casi todas las
estirpes hasta ese momento cultivadas con tanto ímpetu. Y a esto él llegó no
solamente por novedad, sino, más bien con un largo trabajo selectivo. Decidió
vencer el imperante perjuicio de estirpes (o descendencias) especializadas en
pocos, o más bien poquísimos giros.
Parece que de Trute, el público y la
mayoría de canaricultores tenía una mala opinión. Sus colegas se
preocupaban excesivamente de cada eventual impresión poco agradable que sus
nuevos canarios podían emitir. Por eso custodió en un estrecho ambiente y se
refugió dolorido por cuanto podían pensar otros canaricultores (y también críticos,
que no faltaban). Llegó a anular los viajes anuales para vender sus canarios,
con el fin de poder dedicarse completamente a su estirpe.
Por este motivo decidió entregar a un
comerciante (Mieth) de Berlín toda la producción que tenía a la
venta. Este es uno de los pocos casos, vale la pena subrayar,
en que una razón comercial (el mérito fue para Mieth) desvío el mérito de
los famosos “Trutestammes”, que fueron tan renombrados en Alemania y en el
resto de Europa. Examinaremos más adelante el porqué de este comportamiento de
Trute.
Debo decir que tras haber consultado
documentos dejados por sus descendientes, no me ha quedado claro, por ejemplo,
la pregunta si ¿Trute utilizaba también la estirpe de Ernteges?, que ya existía
en sus tiempos, y ¿qué influencia hayan ejercitado en tal caso sus criterios
selectivos?. Personalmente yo no opinaré, pero visto que Trute residía
exclusivamente en Sant Andreasberg (en Danielstrasse, 146), es posible, mejor
dicho, verosímil que Bock-Neuse, Blejes, Olttinghaus, Edowar y Taillue Volkann,
todos conocedores de los canarios de Peter Erntges, se lo habrían comunicado (y
por eso, el mismo Erntges fue seguidamente a visitarlo a Sant Andreasberg, ya
que era el más renombrado criador de canarios de ese país en el periodo de 1860-1880),
pero me faltan elementos que permitiesen afirmarlo con seguridad. De Trute no
se encuentran citas, pero si citas con elogios, de otros criadores que
Trute conocía bien.
Las nuevas líneas selectivas de Trute,
cruzadas con cantores de más amplio repertorio se iniciaron en 1870. En los
primeros años se dedicaron a fundir en una única estirpe las melodías de varias
descendencias. No excluyeron la ruta experimental de incluir algunos nuevos
giros, en favor de la novedad y seriedad de Trute. Era una selección
verdaderamente insólita y sustancialmente renovadora para esos tiempos.
En un periódico de 1880, se dice que
los Trutestammes, tienen un canto nuevo y mejorado, hasta ahora dominante.
Trute cultivo los mejores stamm de
Glucken, pero sobre todo dirigió sus innovaciones a los “Wassertouren” en
tonos profundos; en realidad, los stamm de Trute tuvieron varias y alternadas
fases selectivas y genéticas, pasando de delicados y mórbidos Klingelrollen a
fuertes y sonoros Hohlrollen, anticipando, caracterizando y plasmando el futuro
de este canto, cuando todavía hoy no lo conocemos, si bien la
retrospectiva es diferente.
Los últimos Trutestammes, eran
superiores con largos y curvados Hohlrollen, no emitían largos Klingelrollen,
pero mejoraban con lentos y medianamente profundos Knorren.
Volvamos a Trute. En 1880, él todavía
tenia dudas acerca de sus criterios selectivos. En realidad, habiendo casi
completado la línea selectiva de su estirpe, encontraba por delante el
obstáculo de la crítica de otros criadores, especialmente de las estirpes de
Gluckenwasser de Wolkmann y Ernetges, que divulgaban el canto de sus linajes.
El mismo Trute era profundamente contrario a alejarse, renunciando a los
desplazamientos para vender sus canarios Roller, entregando su producción a un
comerciante berlinés muy conocido, Mieth, que ya hemos nombrado.
De los métodos selectivos de Trute se
sabe que él prefería criar en rigurosa selección de canto, separando los recién
nacidos uno por uno; escuchándolos detenidamente en sus primeras e inciertas
tentativas de canto; seleccionándolos después con atención. Inmediatamente
después aplicaba los sistemas de aprendizaje del canto.
Por lo tanto la selección pura y
genética hereditaria constituía su principal instrumento y método de intervención;
especialmente por esta razón, creo que su nombre se conoció en Europa en
poco tiempo como un perfecto y preciso criador.
Hemos llegado al final de nuestras
consideraciones acerca de Trute y si ahora echamos una mirada en su trabajo
selectivo nos quedaremos
inmediatamente sorprendidos de las interesantes líneas o Stammes y del
canto que logró con sus canarios, especialmente por las diferentes
posibilidades para su tiempo.
Estos criterios selectivos fueron luego
llevados durante las tres décadas posteriores a un mayor grado de perfección
por un modesto obrero de Loebtan, cerca de Dresde (Alemania), Heinrich Seifert,
del cual hablaremos en un próximo artículo.
Por lo tanto, si los modernos
Harzer-Edelroller, fueron cultivados según los diferentes criterios propios de
Trute, si todavía por exigencias genéticas, estos canarios fueron seleccionados
con métodos semejantes a los suyos, la estirpe abierta por él, se manifiesta
–me parece- muy profundamente y su influencia es todavía visible en la imposición
del Standard del Canto Roller.
Este resultado se viene superando,
no obstante hay que tener en cuenta las dificultades de los tiempos y el
estado de los canaricultores que vienen trabajando sus estirpes.
Por lo tanto, se puede tratar de
resumir el conjunto del trabajo de Trute, como se ha realizado por los colegas
alemanes: “el nombre de Wilhelm Trute es un legado de la ciudad en la que vivió
de niño y trabajó infatigablemente, en donde su peculiar trabajo adquirió fama
y de donde sus canarios partieron para alegrar palacios y humildes
hogares”.
Wilhem Trute, murió el 20 de octubre de
1889 a la edad de 53 años y con él se acabó también la hegemonía de Santk
Andreasberg, que pasó a Benekenstein, Sorge, Hohegeiss, Thale y al final a
Dresde con Heinrich Seifert.