sábado, 6 de junio de 2020


VOLUMEN - SUAVIDAD


Revista: Canaricultura (época I)  nº17 (España).
enero/marzo 1960
Antonio Gómez Trelles.

         Varias son las condiciones que valorizan el canto Roller, de cuya observancia  obtendremos los ejemplares  cotizables en los concursos con puntuaciones superiores a los 75 puntos, límite que como se  sabe coloca en primera categoría  el canto de un canario.
Pero dentro  de esta primera categoría  debemos buscar la perfección de las notas, más que de la profusión de las mismas, si queremos sobrepasar los 80 puntos y llegar a los 85, cosa bastante difícil, pues ya un pájaro con 85 puntos en nuestro país  hoy por hoy  puede tener la casi seguridad de clasificarse como campeón.
Que esto es así, podemos asegurarlo a la vista  de los resultados del último concurso mundial en Darmstadt (Alemania Occidental) donde  de un total de 1800 Roller, cifra que nosotros no  podemos ver más que en sueños, no hubo más que un pájaro  de 90 puntos  y un número  discreto  de 85  a 88 puntos.
         Si esto ha ocurrido en Alemania en un concurso donde han acudido  los mejores pájaros Roller del mundo considérese  lo difícil que resulta  la consecución  de un canario  de primera categoría  que puede igualar  estas puntuaciones.
         Los criaderos y  aficionados en España  prefieren  en general un pájaro que tenga muchas variaciones, aunque éstas no sean de mucha calidad.
         Tal y como se realiza hoy la puntuación de las notas con la escala  3-6-9  es evidente, que la mejor puntuación  se consigue con calidad y no con cantidad. De calificar una nota con 6-7 puntos a calificarla con 3 va  una gran diferencia, y debemos tener en cuenta que no se puntúan las variaciones, sino  las notas, y éstas  en cada pájaro  suelen limitarse  a 5 ó 6.
         Debemos, pues, orientar nuestros trabajos  a la consecución de un pájaro  cuyo canto reúna  las máximas  perfecciones en cuanto a la calidad de sus notas, sin preocuparnos de sí tiene muchas o pocas variaciones por aquello de que siempre será preferible poco y bueno con mucho y malo, o como muy bien dice el refrán: el que mucho habla mucho yerra.
         Entre las características importantes  de un canto de calidad  figura la suavidad y el volumen.
         No se necesita definir lo que significa suavidad para comprenderla. Canto fácil, con nota dulce, bien ligada con las demás. El pájaro canta sin esfuerzo, apenas se mueve, y de su garganta salen unas series de sonidos en que las vocales predominan sobre  las consonantes  y estás resultan blandas, adquiriendo así la nota una sonoridad que cautiva.
         Si se trata de un rulo, la “r” se convierte en una vibración  apenas perceptible, apareciendo dominada en toda su extensión por la vocal que la acompaña. Si se trata de un “Gluk” las consonantes blandas “gl”  y  “bl” comunicarán a aquél mayor suavidad. Apenas nos damos cuenta del cambio de la nota; éste se ha producido con tal facilidad que la transición nos sorprende. El pájaro no ha cambiado de postura, el cuello estirado, su garganta prominente  marcando bien la dilatación de su traquea y esófago cuyo resultado será una mayor resonancia como de habilitación vacía, de cueva, resonancia anfórica, de un efecto maravilloso, el pico cerrado, el cuerpo rígido, inmóvil, diríase que no canta por que ningún signo externo se percibe que denote el esfuerzo realizado.
         Si a esta facilidad, a esta suavidad se une el volumen que como hemos dicho más arriba viene representando por el predominio de la vocal sobre la consonante, emitidas con amplitud, con potencia de voz y resultando una sonoridad perfecta estaremos en presencia de un pájaro de mucha calidad.
         En los últimos concursos hemos tenido la ocasión de oír bastantes pájaros. Muy raramente hemos encontrado los que reúnen estas cualidades. No se necesita ser un técnico para diferenciarlos. El oído menos acostumbrado distingue enseguida aquellos por cuya suavidad y volumen se los califica como sobresaliente.
         Tratemos, pues de conservar en nuestros criaderos aquellos pájaros de canto suave que no quiere decir débil, puesto que si la suavidad no va acompañada de volumen el pájaro resulta mediocre y desechemos aquellos con muchas variaciones, pero imperfectas, aquellos rulos que parecen llevar en su constitución no sólo la “r” suave y una vocal, si no otras consonantes enturbian y ensucian por decirlo así, el limpio sonido.


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