jueves, 7 de mayo de 2020

WILHELM TRUTE: El mejor harzista del siglo XIX

REVISTA: GIORNALE DEGLI UCCELLI (ITALIA).
FECHA: DICIEMBRE 1969.
AUTOR: G.P. MIGNONE. (ITALIANO).
TRADUCCIÓN: ALICE TONO.
ADAPTACIÓN Y CORRECCIÓN: HELENA MATOSES
         “Wilhelm Trute glänzte jahrzehntelang in der Züchterwelt und Feirte die grössten Triumph”:  El astro de Trute brilló durante un decenio en el mundo de los canarios, obtuvo y produjo grandes cambios (según escribió Paul Holzkyn en “Kanaria” de Lipsia).
         Hace ahora ochenta años, precisamente el 20 de octubre de 1889, el año de la tragedia de Mayerling, murió en Santk Andreasberg, en el Harz alemán, Wilhelm Trute, que en la década de 1870 a 1880 había cambiado el curso de la selección en el campo de los canarios Roller.
         En 1939, durante el cincuentenario de su muerte, entre las numerosas celebraciones, el programa festivo de entonces, no se ocupó de la figura alemana. El “Schlesische Volksstime”, celebración típica de Sant Andreasberg (en “Der Harz”), no conmemoró los logros ornitológicos con el carácter y solemnidad de una admirable persona, no solo en lo técnico y privado, sino como uno de los más notorios y fascinantes protagonistas de la ornitología de todos los tiempos.
         Esta simple y sincera persona de los montes del Harz, tenía una intuición muy singular, sin igual en los tiempos,  en el perfeccionamiento selectivo de los canarios de canto.
         A las viejas montañas de Santk Andreasberg llegaron los antepasados de Trute inmigrando a las montañas metalíferas, desde el siglo XIV. Transmitiendo de generación en generación el arte de la cría de los canarios, de ahí nació el 5 de marzo de 1836 Wilhelm Trute, hijo único de Georg Konrad y Joanna Henriette Keidel.
         Es en Santk Andreasberg donde comenzó aquella elaborada creación de la leyenda de los Harzer Roller, que se tendría que confirmar después   en todo el mundo con los famosos equipos de Trute o Trute-stam.
         En 1880 un pequeño pueblo de mineros instalados en  las montañas del Harz, en la Alemania centro-septentrional, con aproximadamente 3.800 habitantes y 800 familias, había 600  de  las cuales  que se dedicaban a la cría de canarios  y especialmente  las  mujeres eran las que se ocupaban de ello. Se calcula que en 1881 en Santk Andreasberg se criaban al menos 24.000 Harzer-Edelroller.
         De la validez de los resultados obtenidos por Trute y de otros criadores de canarios de Santk Andreasberg,  son indiscutibles las pruebas que demuestran el interés hacia los pájaros de canto puro, que se produjo gracias a la fuerte influencia de la escuela dirigida por Trute, y la creación de una nueva y robusta estirpe de cantores Roller o Harzer alemanes.
         La interesante transformación selectiva de los canarios cantores tomo como referencia la profunda calma exterior que reinaba, (como sucedía ya en Mechelen-Malinas, en Bélgica con el Malinois Waterslags, rota solamente por el tranquilo pasar y el murmurar de los calmos cursos de agua). Esto fue apreciado por los Harzer-Endelroller, en las viejas casas de Santk Andreasberg por donde entraba el sonido de los altos arboles cuposos (he ahí la atracción del Hohlrollen, la melodía principal del canario Harzer, que simulan la agitación del viento a través de las ramas de los arboles).
         En los años 1880 a1890, Santk Andreasberg era el verdadero punto de encuentro de los canaricultores alemanes y sus canarios. Aquí llegaban todos los famosos canaricultores, entre ellos Peter Erntger (1812-1896), que seleccionó la rama “Koller”, un giro casi desaparecido en los criaderos modernos y, del cual sabemos muy poco.
         Cuando tuve ocasión de visitar Santk Andreasberg, era todavía una ciudad minera, aunque no era aquella de hace un siglo antes. Las casas a recuadros blancos y negros, con figuras artísticamente talladas, deterioradas por el humo durante muchos años, la campana en lo alto de la Iglesia Gótica, las casas más señoriales que emanaban un sentido de calma particular que se había salvado también a través de las dos grandes guerras. Hasta el paso de la guardia nocturna  -me dijeron- que durante muchos años, continuó anunciando el fin del día.
         En Santk Andreasberg, también durante el tiempo de mi visita, se prefería caminar a pie, ya que las distancias al interior de la ciudad eran pequeñas; en realidad no valía la pena ir en carro o montar en motocicleta. Además la ciudad ofrecía tranquilos paseos a través del verde campo.
         Jamás antes y de repente nunca después, los habitantes de Santk Andreasberg pudieron ser tan conocidos así como en el Santk Andreasberg de los “Hermosos años de fin de siglo XIX”.
         Fue precisamente Wilhelm Trute el primer canaricultor de Santk Andreasberg en tener una clara visión  del estado de la especialización, en la que se encontraban alrededor de 1870, las estirpes de canarios alemanes o por decir mejor, que tuvo percepción de la necesidad selectiva de fundir en un único canario, todas, o casi todas las estirpes hasta ese momento cultivadas con tanto ímpetu. Y a esto él llegó no solamente por novedad, sino, más bien con un largo trabajo selectivo. Decidió vencer el imperante perjuicio de estirpes (o descendencias) especializadas en pocos, o más  bien poquísimos giros.
         Parece que de Trute, el público y la mayoría de canaricultores  tenía una mala opinión. Sus colegas  se preocupaban excesivamente de cada eventual impresión poco agradable que sus nuevos canarios podían emitir. Por eso custodió en un estrecho ambiente y se refugió dolorido por cuanto podían pensar otros canaricultores (y también críticos, que no faltaban). Llegó a anular los viajes anuales para vender sus canarios, con el fin de poder dedicarse completamente a su estirpe.
         Por este motivo decidió entregar a un comerciante (Mieth) de Berlín toda la producción  que tenía  a la venta.  Este es  uno  de los pocos casos, vale la pena subrayar, en  que una razón comercial (el mérito fue para Mieth) desvío el mérito de los famosos “Trutestammes”, que fueron tan renombrados en Alemania y en el resto de Europa. Examinaremos más adelante el porqué de este comportamiento de Trute.
         Debo decir que tras haber consultado documentos dejados por sus descendientes, no me ha quedado claro, por ejemplo, la pregunta si ¿Trute utilizaba también la estirpe de Ernteges?, que ya existía en sus tiempos, y ¿qué influencia hayan ejercitado en tal caso sus criterios selectivos?. Personalmente yo no opinaré, pero visto que Trute residía exclusivamente en Sant Andreasberg (en Danielstrasse, 146), es posible, mejor dicho, verosímil que Bock-Neuse, Blejes, Olttinghaus, Edowar y Taillue Volkann, todos conocedores de los canarios de Peter Erntges, se lo habrían comunicado (y por eso, el mismo Erntges fue seguidamente a visitarlo a Sant Andreasberg, ya que era el más renombrado criador de canarios de ese país en el periodo de 1860-1880), pero me faltan elementos que permitiesen afirmarlo con seguridad. De Trute no se encuentran citas, pero si citas  con elogios, de otros criadores que Trute conocía bien.
         Las nuevas líneas selectivas de Trute, cruzadas con cantores de más amplio repertorio se iniciaron en 1870. En los primeros años se dedicaron a fundir en una única estirpe las melodías de varias descendencias. No excluyeron la ruta experimental de incluir algunos nuevos giros, en favor de la novedad y seriedad de Trute. Era una selección verdaderamente insólita y sustancialmente renovadora para esos tiempos.
         En un periódico de 1880, se dice que los Trutestammes, tienen un canto nuevo y mejorado, hasta ahora dominante.
         Trute cultivo los mejores stamm de Glucken, pero sobre todo dirigió sus innovaciones a los “Wassertouren” en tonos profundos; en realidad, los stamm de Trute tuvieron varias y alternadas fases selectivas y genéticas, pasando de delicados y mórbidos Klingelrollen a fuertes y sonoros Hohlrollen, anticipando, caracterizando y plasmando el futuro de este canto, cuando todavía hoy no lo conocemos, si bien la retrospectiva  es diferente.
         Los últimos Trutestammes, eran superiores con largos y curvados Hohlrollen, no emitían largos Klingelrollen, pero mejoraban con lentos y medianamente profundos Knorren.
         Volvamos a Trute. En 1880, él todavía tenia dudas acerca de sus criterios selectivos. En realidad, habiendo casi completado la línea selectiva de su estirpe, encontraba por delante el obstáculo de la crítica de otros criadores, especialmente de las estirpes de Gluckenwasser de Wolkmann y Ernetges, que divulgaban el canto de sus linajes. El mismo Trute era profundamente contrario a alejarse, renunciando a los desplazamientos para vender sus canarios Roller, entregando su producción a un comerciante berlinés muy conocido, Mieth, que ya hemos nombrado.
         De los métodos selectivos de Trute se sabe que él prefería criar en rigurosa selección de canto, separando los recién nacidos uno por uno; escuchándolos detenidamente en sus primeras e inciertas tentativas de canto; seleccionándolos después con atención. Inmediatamente después aplicaba los sistemas de aprendizaje del canto.
         Por lo tanto la selección pura y genética hereditaria constituía su principal instrumento y método de intervención; especialmente por esta razón, creo que su nombre se conoció en Europa  en poco tiempo como un perfecto y preciso criador.
         Hemos llegado al final de nuestras consideraciones acerca de Trute y si ahora echamos una mirada en su trabajo   selectivo nos quedaremos inmediatamente  sorprendidos de las interesantes líneas o Stammes y del canto que logró con sus canarios, especialmente por las diferentes posibilidades para su tiempo.
         Estos criterios selectivos fueron luego llevados durante las tres décadas posteriores a un mayor grado de perfección por un modesto obrero de Loebtan, cerca de Dresde (Alemania), Heinrich Seifert, del cual hablaremos en un próximo artículo.
         Por lo tanto, si los modernos Harzer-Edelroller, fueron cultivados según los diferentes criterios propios de Trute, si todavía por exigencias genéticas, estos canarios fueron seleccionados con métodos semejantes a los suyos, la estirpe abierta por él, se manifiesta –me parece- muy profundamente y su influencia es todavía visible en la imposición del Standard del Canto Roller.
         Este resultado se viene superando, no obstante hay que tener en cuenta las dificultades de los tiempos y el estado de los canaricultores que vienen trabajando sus estirpes.
         Por lo tanto, se puede tratar de resumir el conjunto del trabajo de Trute, como se ha realizado por los colegas alemanes: “el nombre de Wilhelm Trute es un legado de la ciudad en la que vivió de niño y trabajó infatigablemente, en donde su peculiar trabajo adquirió fama y de donde sus canarios partieron para alegrar palacios y humildes hogares”.
         Wilhem Trute, murió el 20 de octubre de 1889 a la edad de 53 años y con él se acabó también la hegemonía de Santk Andreasberg, que pasó a Benekenstein, Sorge, Hohegeiss, Thale y al final a Dresde con Heinrich Seifert.

No hay comentarios:

Publicar un comentario