Antonio Gómez-Trelles Pineda
Este artículo apareció en 1960 en
el nº 11 de la revista PÁJAROS. Nos da una visión de los intentos de aplicar la genética al canto del canario. El error estaba en considerar que las diferentes
estrofas del canto dependían cada una de un solo gen. En otras ocasiones
también se considera que todo el canto depende de un solo gen. Hoy sabemos que
son muchos los genes que interactúan en la producción del canto del canario. Este
artículo tiene su interés histórico y a lo mejor a algún criador le da pistas
sobre como seleccionar sus canarios.
Se considera a la hembra del canario, por
muchos aficionados a su cría, como vehículo .primordial en la transmisión del
canto. Hay quien reduce su participación al 70%, y otros abundan en la idea, de
que comparte igualmente con el macho la facultad de legar a sus hijos la
melodía de sus armoniosas notas.
Como todos saben, el canto es peculiar y
exclusivo del macho. Se manifiesta en la adolescencia, va tomando incremento en
el período de la pubertad y alcanza la plenitud de su longitud, fuerza y
frecuencia en la época de celo. Es innegable la influencia de alguna hormona
extragonadal, bien directamente, bien por influencia sobre los órganos
sexuales, cuyas secreciones internas estimulan, en la producción del canto. (Al
describir el mecanismo del celo en el nº 9 de PÁJAROS, decía que la glándula
hipófisis servía de estimulante del desarrollo testicular y ovárico). Porque
todos habrán podido comprobar que la hembra del canario en determinados momentos
del celo emite un canto tan parecido al del macho que a veces se confunde. Otro
ejemplo tenemos en la gallina, que eleva un verdadero canto a la puesta con su cacareo
persistente.
Por otra parte, no se puede negar la
influencia de la secreción interna del testículo en la producción del canto y
la voz. El gallo castrado deja de cantar. El eunuco sufre acortamiento de la
laringe y voz atiplada. Disquisiciones aparte, se considera el canto como
propio y exclusivo del macho, es decir, limitado
al sexo. Quizá de esta confusión parta el hecho de considerar por algunos a la hembra
como transmisora única del canto.
TRANSMISIÓN HEREDITARIA DEL CANTO:
No existe mucha literatura que aclare de una
manera definitiva la transmisión del canto en los canarios. Los pocos libros
publicados se refieren con preferencia a la transmisión del color, que como
propiedad visible es más fácil seguir. El canto como carácter mendeliano
seguramente seguirá el mismo camino indicado para aquel, ósea la fijación de
sus genes, en los cromosomas, y el acoplamiento de estos en virtud del
mecanismo ya concreto e indicado en la fecundación y la división celular.
La teoría cromosómica de la herencia,
debidamente confirmada, destruye por completo la creencia de que en los cruzamientos
intervenga la sangre como vehículo transmisor de caracteres, y la suma de sus porcentajes
como signo de la pureza de la raza. Aplicando, pues, la teoría de Mendel a la
transmisión del canto en los canarios, el resultado del cruzamiento de un macho
con una hembra debe darnos en primera generación F1, los hijos son los
caracteres de ambos padres unidos. (Ley de la Asociación de caracteres).
Si cruzamos los hermanos entre sí, obtendremos una segunda generación F2, en la
que habrán separado estos caracteres en la proporción de 1:2:1, Es decir, que
para una cría de 4 canarios, obtendríamos 1 como el padre, otro como la madre y
2 con los caracteres comunes del padre y de la madre (Ley de la segregación). Se
refiere esta proporción a la diferencia de un solo par de caracteres entre los progenitores,
pues si aumenta esa diferencia 2 pares, 4 pares de caracteres aumentan las posibilidades
de recombinación y segregación en tal proporción.
Todos pueden apreciar la dificultad de
discernir debidamente cuales son los caracteres de canto que el pollo hereda
del padre y cual de la madre. El de ésta, porque no se manifiesta y hay que
recurrir a oír a los hermanos. ¿Pero cuando se desconocen estos? Y el del
padre, porque salvo en el caso de haberse educado con él y haber adquirido su
misma tonalidad y su mismo repertorio, siempre existirá algún detalle que le
haga diferente y nos fuerce a atribuir a la hembra esta variación heredada.
Lo que es indudable es que tanto el macho
como la hembra tienen sus características, porque aun dentro de su mismo criadero,
con varios años de consanguinidad y selección, los genes fijados en los
cromosomas pueden efectuar un desplazamiento diferente a los que en las
generaciones anteriores se produjeron, y dar lugar a un individuo distinto en
la composición de sus caracteres, que recuerden a un antepasado lejano. Alguien
con frase grafica ha dicho que el individuo es el “autobús de sus antepasados”,
con lo que se ha querido expresar la idea de que cada ser lleva dentro
caracteres de un número infinito de predecesores.
Las consecuencias prácticas que se deducen de
lo antedicho, podemos resumirlas del siguiente modo:
El que compra una pareja y solicita “que no
sean hermanos” debe saber que los hijos de este cruzamiento van a resultar
diferentes del padre y de la madre, siendo la suma o combinación de los dos,
pero en sentido impuro y, por tanto, de inferior calidad. El cruzamiento a
seguir en el siguiente año es hermanos con hermanos, con lo que los caracteres
asociados se separan en la proporción de 1:2:1, es decir, uno semejante al
padre, otro semejante a la madre y dos como ambos. O un cruzamiento retrogrado,
con lo que se obtiene un 50 % de hijos como el padre o la madre, según el
elemento que se utilice y otro 50 % con la combinación del padre y madre
primitivos. El mismo procedimiento debería seguir aquel que adquiera un macho
para cruzarlo con una hembra de su criadero.
De mayor importancia es el cruzamiento de dos
pájaros con la misma línea de canto, al que podríamos llamar con más propiedad
acoplamiento por similitud de caracteres. En este caso, aunque los progenitores
no sean consanguíneos, se puede lograr una descendencia uniforme, homocigota. No
se crea por esto, que las cosas se desarrollan siempre de una manera tan
matemática y exacta como la apuntada, ya que, de ser así, se facilitaría
nuestra labor.A veces, se produce el fenómeno de lincaje que limita la Ley de la Independencia de los
factores. Según la teoría cromosómica, los caracteres hereditarios fijado con
los genes se sitúan en los cromosomas a la manera de las cuentas de un rosario
y colocados a la misma altura por afinidad de transmisión, tanto en los
cromosomas paternos como maternos. Al hacerse el acoplamiento para la mitosis
se quedan unidos en vez de separarse para entrar, así, en un mismo gameto y,
por lo tanto, en las nuevas generaciones. Otras, por el contrario, una vez
establecido el lincaje y transmitido, puede romperse y dar lugar a que los
cromosomas se encuentren con caracteres diferentes, debido a un entrecruzamiento
de los cromosomas (crossingover). No señalaremos más dificultades, que conducirán
al desanimo de los criadores.
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